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A la memoria de Juan Abascal Mazorra

Torrelavega, 14 de febrero de 2011

A la memoria de Juan Abascal Mazorra

Lo que fue su vida como persona y profesional de la veterinaria de Juan Abascal Mazorra, fallecido hace unos días se puso de manifiesto en el funeral por su eterno descanso, celebrado en Hoznayo al que asistieron cientos de personas de toda condición social, la mayoría ganaderos llegados de toda la región, así como colegas veterinarios. Con motivo de su jubilación en 1988 recibió un homenaje en Entrambasaguas, donde residió prácticamente desde que empezó a ejercer, al que asistieron más de seiscientas personas. Aquella fecha le dio la oportunidad de comprobar lo querido y apreciado que era por las gentes del medio rural, entre las que dejó huella por su buen hacer.

Ganaderos de pueblos y aldeas de Cantabria que demandaban sus servicios a cualquier hora, sin tener en cuenta distancias, allí estaba don Juan como le conocían todos para reconocer y poner tratamiento a alguna res enferma. Generoso, cordial, ameno, cercano y trabajador nato, eran virtudes que adornaban su persona. Además de ser permanente estudiosos para estar al día en todo aquello relacionado con la profesión y la ganadería. Siempre que EL DIARIO MONTAÑES le pidió algún artículo alusivo al sector primario colaboró desinteresadamente.

Abascal Mazorra nació en Selaya en 1923 y comenzó sus estudios de veterinaria en Madrid, donde se licenció tras hacer dos cursos en León. Terminada la carrera empezó a ejercer como titular en Villanueva de Villaescusa y después hasta que se jubiló en Entrambasaguas en 1988. Durante su permanencia en la antigua Granja-Escuela de Heras tuvieron lugar las primeras importaciones a España de semen de sementales vacuno americanos. Fue especialista en patalogía bovina.

Su curiosidad intelectual le hizo asistir a diversos congresos nacionales e internacionales, siendo autor de varios trabajos de su especialidad. Ya jubilado formó parte activa en la fundación de la Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina de España (ANEMBE) de la que llegó a ser presidente. Junto a un grupo de compañeros jubilados del Colegio de Veterinarios de Cantabria se debió la organización del III Congreso en Santander de ANEMBE, con gran éxito de participantes y ponentes importantes nacionales y extranjeros.

Hombre culto, gran aficionado a la historia, recibió merecido reconocimiento profesional en distintos homenajes a nivel nacional, gozando de un prestigio personal entre los ganaderos. Era presidente de honor del Colegio de Veterinarios de Cantabria y de ANEMBE y estaba en posesión de la medalla de oro del Colegio de Veterinarios. Sus dos hijos varones, Juan Carlos y José Ignacio son veterinarios, como su padre. Recibió sepultura en el panteón familiar del cementerio de Selaya. Descanse en paz.