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A Rafa Calleja

Santander, 2 de septiembre de 2011

A Rafa Calleja

Rafa, aún no debiera escribir estas líneas, no es el tiempo. Ayer repentinamente nos has dejado, solos y muy tristes. Ella te vino a buscar, sin aviso, y decidiste marchar a navegar por otros mares, nuevos y desconocidos.

Yolanda, ya sabes cómo es ella, está desconsolada, también tus hijos y tus amigos. Te echaremos de menos, aunque en muchos lugares continuarás estando y explicando, con vehemencia, como entiendes estas cosas. Mucha gente no lo creerá y te buscará. Rafa, has surcado muchos mares y has dejado una huella profunda y amable. En tu México, donde fuiste feliz con Yolanda y con tus hijos Rafa y Oscar, siempre lo decías, en Sevilla buscando nuevos horizontes, en Villacarriedo rehabilitando el Palacio de Soñanes al que diste tanto, no te preocupes guardaré esos papeles que me entregaste hace tan pocos días, y también en Santander a la que tanto querías.

Rafa, te has ido y tenías que habernos enseñado tu casa enfrente del parque de Mesones, está aún sin acabar pero ha quedado preciosa. Te atreviste a innovar y lo has conseguido. Mucha gente se detiene enfrente, la 9ra sorprendida y comenta la valentía, yo lo he visto. Tu casa será uno de tus últimos recuerdos y tu herencia. Solo hace unos días que en Alceda nos enseñaste el proyecto, pero nos hubiera gustado disfrutarla contigo. Entre bromas tus amigos la buscábamos un nombre, quizás «la casa de los colores», para mí y para ellos será siempre «la casa de Rafa Calleja».

Rafa, cuando navegues, como tanto te gustaba, por esos mares nuevos y tranquilos, pon rumbo hacia Santander y de vez en cuando acuérdate de nosotros que estamos tristes sin ti.