A Roberto García-Calvo, in memoriam
Santander, 20 de mayo de 2008
Se nos ha ido un eminente jurista, un gran español y un entrañable amigo: Roberto García-Calvo.
De convicciones firmes, centinela de la independencia judicial, maestro de varias generaciones de juristas, sentó jurisprudencia en casos cruciales y complicados, con una atinada visión de hombre de estado.
Era inteligente y culto, rápido de verbo, de mirada viva y acerada, sin perder detalle de lo que le rodeaba. Tenía un gran sentido del humor, un punto sarcástico, era divertido, demoledor con sus oponentes, -que no enemigos-; cazador y amante de la naturaleza, taurino y melómano, buen jugador de mus, cosmopolita y españolista, castellano recio y cántabro de afición. Hombre poliédrico, no pasaba desapercibido en ningún ambiente por su desbordante personalidad, que vivió con coraje las circunstancias difíciles que le tocaron vivir, poniendo en riesgo, incluso, su seguridad personal.
Cuando algún acontecimiento nacional nos desconcertaba, siempre nos preguntábamos ¿qué dice Roberto? Su opinión era referencial para un gran número de amigos que admiraban su cordura, no exenta de polémica El país necesita, en estos momentos, ciudadanos como Roberto, inteligentes y preparados, con coraje y principios, coherentes con sus ideas, que defiendan la independencia de la justicia, los intereses de los ciudadanos y la integridad del Estado español, por encima de intereses espurios.Nos pasas el relevo para que sigamos construyendo este país, y en los momentos dudosos y difíciles de la vida nos seguiremos preguntando, ¿qué pensaría Roberto?
Tu recuerdo acompañará siempre a María José, a Silvia, a Andrés y a todos los que te hemos conocido
Amigo del alma, amigo, siempre estarás presente en nuestras vidas.
Luis del Río Diestro