Antonio López Cortés, inmemoriam
Santander, 26 de enero de 2008
No fuiste a conquistar imperios pero lograste conquistar nuestros corazones.
A pesar de que todavía me considero «joven» ya que mi trabajo y mi actividad deportiva me lo permite, puedo decir que hace casi 30 años que te conozco. Y cuando aquello ya me parecías un hombre mayor. Perteneciste a ese pequeño grupo de «dinosaurios» del atletismo, personas que con los mínimos medios económicos y deportivos hacían todo lo posible para que el atletismo dejase una huella indeleble en nuestro modo de vida. Te, os, puedo decir que así ha sido.
Apenas durante dos temporadas (cuando para mí el atletismo era más amistad que sacrificio) defendí tus colores del Olimpia San Román al que mantuviste el timón con mano firme y sonrisa siempre puesta. Mis comienzos pertenecieron a la Peña Óscar donde el sr. Hevia con su inseparable Felipe hacían lo indecible para sacar el equipo adelante. Más tarde en el España de Cueto con Juanma a la cabeza... bueno tal vez hubo alguno más pero los ahora citados, y claro está, tú también, habéis conseguido que muchos os recordemos con enorme satisfacción de haber aprendido lo que mejor sabíais y sabéis enseñar, amor por el atletismo.
Ahora, a ti, Antonio López Cortés, te ha tocado sentir la soledad del corredor; nunca tuviste aspecto de entrenador estrella, ni tus pupilos te llevaron a una final Olímpica pero ten por seguro que todos tus amigos no cabrían en un estadio para además de darte un fuerte abrazo, decirte GRACIAS.