Carta a Alfonso Gutiérrez, alcalde de Potes

Madrid, 19 de octubre de 2007

No te rías de mí por escribirte esta carta, porque sabes que hace mil años que no escribo una carta a un amigo, pero esta vez me la has liado, te estoy venga llamar por teléfono y no me coges. Bueno, por lo menos voy a librar de que me digas qué bobo soy.

Te escribo para decirte que Santi y yo vamos a subir hoy a un entierro en Potes de ese gran ser humano que siempre hablaba bien de todo el mundo y siempre estaba a disposición de todos, bueno, qué te voy a decir, ya sabes quién es, y como siempre están todos los hoteles llenos así que nos tienes que buscar dos habitaciones. Bueno, también como siempre contamos con ellas.

Por cierto, que tú eres muy listo pero aquí ya nos hemos enterado de que sin decir nada te has ido a Madrid con Nacho y además has conseguido sacar a Estela de Potes ¿que mira que le cuesta salir, eh! Y encima has estado todo el tiempo con el comediante.

Pero también nos han contado que no aguantáis ni un día fuera de Liébana y sé que habéis vuelto anoche en varios coches y ya te has encargado tú de traer flores para casa.

Yo sé que hoy vas a estar muy liado e igual no podemos hablar mucho porque va estar todo el mundo contigo pero tenemos mucho tiempo para hablar después de que pase este día.

Ya conozco tu humildad, pero hoy has quedado con todos. Por la mañana vas a estar con Don Desi enseñándole lo que te pidió el último día de los mapas cartográficos de la salida de Potes por La Hermida, que ya se los habías conseguido. Luego tienes comida en la residencia con las monjitas que tanto quieres y tanto te quieren y después vas a aprovechar para ir rápido donde Paco Wences a jugar un mus con Cuquis y, claro, el entierro no le vas a dejar ¿pues no faltaba más que tú no vayas a un entierro de cualquier lebaniego, y encima este hombre, con lo que era, que lo daba todo a los demás quitándoselo de lo suyo! Ya verás la cantidad de gente que vendrá, porque es universal la opinión: ha dejado amigos por todos los rincones por donde pasó habiendo dejado un gran camino abierto para andar con fuerza, con ilusión, con respeto y con cariño.

Bueno y cuando termine vamos un poco a la tienda a estar con Estela y estarán por allí tus chavales y nos bajamos unos quesucos de esos ricos.

Vaya un día más bonito que vas a tener, Alfonso, de los que a ti te gustan. Vas a estar con todos los que quieres, con los que se han ido hace unos días y con los que van a estar allí.

Voy terminando, que esto de las cartas no es lo mío y ya sabes que lo hago sólo por ti.

No se me va a olvidar rezar por él, aunque bien es verdad que, como sabes, quería mucho a Santo Toribio y seguro que es el que más veces ha pasado por la Puerta del Perdón, aunque no le hiciese mucha falta, y está lleno de indulgencias, que bien ganadas las tiene y por tanto doy por hecho que ya está jugando al mus con Dios.

Un beso, Alfonso, de tu amigo

Francisco Rodriguez