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Carta a mi hija

Torrelavega, 2 de mayo de 2008

Carta a mi hija

Dos largos años que nos dejaste, querida Sol.

Partiste volando hacia la inmensidad del universo infinito, por eso ahora las estrellas brillan más. En tu largo camino sé que has ayudado mucho a las almas más necesitadas de ver la luz del paraíso.

Tengo la certeza que ya llegaste a la Casa del Padre y del dulce Jesús, allí habrás recibido el premio a tu bondad, pues Ellos saben mucho de tu fe profunda.

Te deseo, ¿hija mía!, la mayor felicidad junto a tu "virginuca" llena de luz y de paz.

Nosotros seguimos aquí... esperando... a la orilla de este mar que tanto amaste.

Nunca te olvidaremos, estás viva en nuestros corazones.

Hasta pronto.