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Carta a Pepe Gil San Emeterio

Torrelavega, 13 de enero de 2011

Carta a Pepe Gil San Emeterio

Quiero compartir con vosotros la carta que regalé a mi padre el 1 de Noviembre, por su cumpleaños, cuando supimos que el cáncer había vuelto a aparecer tras tantos años de lucha, en esos momentos pensé que mi regalo debía servir para darle fuerza para luchar o para encaminarse al misterio de la muerte, con paso firme y el corazón lleno. Su vida se apagó el pasado 29 de Diciembre.

1 de noviembre de 2010

Querido Papá, sé que te encantan los regalos especiales, algunos pueden ser carísimos, y otros no cuestan casi nada, y a ti todos te gustan por igual, porque a ti no te gustan los regalos inservibles y grandes, sino las cosas útiles, como el calendario zaragozano, por eso sé que te va a encantar mi regalo, a pesar de no haberme costado nada, porque es muy especial.

Felicidades papá, y no sólo por tu cumpleaños Felicidades por algo mucho más importante, felicidades por tu sensibilidad, por tu inteligencia, por tu capacidad de sacrificio, por tu generosidad, por tu ser feliz viendo felices a los demás, por tu entrega, por tu sentido del humor, por tu delicadeza, tu buen gusto y tu prudencia, por la capacidad de ser grande sin sobresalir, discretamente, con elegancia. Por tu fuerza, por tu timidez, por el amor que eres capaz de sentir, por todos los grandes proyectos e inventos que duermen en tu cabeza y por ser tan especial.

Porque tú no perteneces a la franja (* espacio donde se mueve la mayoría del mundo, un espacio vacío y borroso, con televisiones y cenas de compromiso, bolsos de plástico y un mal gusto exquisito) Tú estás por encima de la franja, sí papá.. Tú, con tu radio galena, tu pluma de pico de pato, con tus libros viejos y tu velas, como anclado en otro siglo, en otro espacio, anclado en la belleza, en la magia, en la vida de verdad.

Quiero darte las gracias, por haberte sacrificado, por tus horas de estancia en la franja luchando, moviéndote para poder construir nuestra familia, gracias. Gracias por haber evitado que mamá hubiera tenido que trabajar y haya podido leernos cuentos a la hora de comer, hacernos los deberes y mis trabajos de costura. Menudo taller montabas en la cocina cada tarde!, puliendo piezas de latón. tardes entre tornillos dando vida a tus inventos...Gracias por tu madrugones para ir cada día al trabajo, imagino tus ojos viendo números y tu cabeza construyendo piezas de motor de barco, o imaginando máquinas voladoras... mientras los demás ajenos a todo hablaban y tú ahí, en el mismo espacio creando y sembrando tu sonrisa, gracias por habernos protegido a todos hasta la saciedad.

Con todo lo que has ido impregnando en mí; construiré grandes cosas, seré sensible, más inteligente, con capacidad de sacrificio, con esa maravillosa generosidad que ya me enseñaron tus padres y que tú seguiste puliendo, para que no la olvidara. Espero también se prudente y discreta, ser grande sin ser escandalosa, como tú, Aprender a volar sobre sobre la franja con tu entereza y tu paso suave y firme, respetable. (Ya sabes, hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan.como decía tu padre.) Construiré grandes cosas porque además de todo eso, tengo el ingrediente que quizá tú no tienes, la inconsciencia, esa que me hará capaz de realizar tus sueños y los míos, inventaré cosas para que otros las disfruten, cosas bellas. Espero ser algún día artista de algo, de momento sólo soy farandulera y Tú, músico, cantante, poeta, artista, anticuario, fotógrafo, soldador, restaurador, mecánico, inventor, filósofo y sabio... el listón está altísimo. Te admiro mucho, mi gran hombre del renacimiento, mi Leonardo.

«No pienses nunca que no hiciste nada de lo que soñaste, si reflexionas verás que has sembrado semillas aún más grandes...»