El funeral de Pablo Beltrán de Heredia
Santander, 29 de agosto de 2009
El todo Santander, con su Gobierno a la cabeza, el Parlamento, el Ayuntamiento bajo mazas, las dos Universidades, con sus rectores y claustrales respectivos, los Institutos de Enseñanza Media, las instituciones del Puerto y del Comercio, la representación de los ejércitos de Tierra. Mar y Aire y la Guardia Civil y la espontánea adhesión del pueblo, desde el Sardinero y el Muelle al barrio pesquero y Cazoña, con el cabildo catedralicio y el obispo oficiando la ceremonia; el todo Santander, acompañado de una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, brilló ayer por su ausencia en la Iglesia de Santa Lucía donde unas pocas docenas de amigos del difunto, arropados por los concejales de Cultura, Cesar Torrellas y de Juventud, Samuel Ruiz, los presidentes del Ateneo, Centro de Estudios Montañeses, Patronato de la Biblioteca Menéndez Pelayo, Fundación Santillana y Plaza Porticada despedían con una misa funeral, oficiada por Joaquín Echegaray, Antonio Marañón, Alberto Pico y el párroco de dicha iglesia al ilustre profesor, escritor e irrepetible dinamizador de la vida cultural de Cantabria don Pablo Beltrán de Heredia, cuyos méritos fueron oportunamente reconocidos con el título de Hijo Adoptivo del Ayuntamiento de Santander y la Medalla de Oro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, pero que a la hora de su muerte se olvidaron,
Bien será disponer que sus restos descansen en el Panteón de Hombres ilustres.
En nombre de los asistentes a tu funeral, querido Pablo, un abrazo y hasta siempre.