En memoria de Joserra
Santander, 9 de noviembre de 2011
Se fue. Lo hizo, en su cita postrera, sin estrépito alguno, sigilosamente, tal y como lo hacía en sus numerosas citas, de carácter técnico, enmarcadas -en su inmensa mayoría, durante estos últimos años de su vida- en el Servicio de Medio Ambiente.
Los que tuvimos la oportunidad de compartir con él multitud de reuniones, pudimos constatar que su impronta inicial ante las diversas problemáticas planteadas, mordaz y agresiva, daban paso, tras escuchar a las diversas partes implicadas, a una atemperada solución mas acorde con su biotipo intrínseco y su carácter bonachón.
Era amigo de sus amigos y hasta de sus enemigos. ¡Que tu aterrizaje en Más Allá, acompasado por un 'hasta luego' de nuestros buenos amigos los loros, con repique de eternidad, haya sido todo los placentero que te mereces!
Un abrazo.
