In memoria, Jesús Irimia Rumoroso

Santander, 8 de noviembre de 2009

Despedirse es siempre complicado y, además, no lo quiero hacer. Son muchos años de compartir cosas. La pandilla de los años juveniles, ver crecer a los niños, discutir de lo divino y humano, el aperitivo... Los recuerdos de esa época son todos de color de rosa, aunque hubiera sus etapas malas como cuando cerró Laínz. Sin embargo, llegó una nueva etapa, con tu labor en Pedrosa, que te ilusionó, como todo lo que hacías y especialmente todo lo relacionado con la decoración, que era tu gran pasión y en la que nadie discute tu profesionalidad y buen gusto. También hubo momentos difíciles con los problemas de salud, pero todo lo fuíste superando con coraje.

Lo peor vino con la muerte de Api. Fue un mazazo difícil de superar, pero sabías que Paula y Jesús te necesitaban y estuviste. Pero el destino te tenía guardada una última prueba: una dura enfermedad que encaraste desde el principio como un campeón. Has sido tu el que nos has dado fuerza a los demás, el que nos has animado. No has protestado. Lo único que te preocupaba eran tus hijos, pero te sentías orgulloso de ellos y sabías que no les iba a faltar el apoyo de la familia y de los amigos.

Es difícil creer en la existencia de otra vida, pero estoy segura que si existe estarás en ella con Api. Nosotros estaremos bien porque sabemos que seguís formando parte de nuestras vidas. Las discusiones no van a ser las mismas, pero cuando llegue el verano y vayamos a Helgueras no podremos borrar nuestro recuerdo del último verano, cuando estábamos todos y pensábamos que la vida era casi de color de rosa.