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Miguel Torre Fernández, profesional, amigo y modelo

Santander, 17 de agosto de 2011

Miguel Torre Fernández, profesional, amigo y modelo

Alguna vez he dudado en escribir con ocasión del fallecimiento de algún compañero. No quiero ocultar que, por un lado, la dificultad por la tensión emocional que se acumula y, por otro, un miedo a no ser capaz de expresar lo que siento, me han hecho siempre desistir del intento.

Pero en esta ocasión el impacto que la prematura muerte de Miguel me ha producido, hace que sienta un especial interés en decir algo; no sólo por mi amistad y admiración hacia él, sino porque quizás, sea esta la única oportunidad que me queda de rebelarme frente a algo tan inevitable, como injusto, como ha sido su fallecimiento.

Lo hago consciente de la dificultad que ello entraña, pero con la intención de cumplir la obligación de reconocer los méritos de uno de nuestros mejores compañeros.

Miguel fue un gran profesional en el ejercicio de la Abogacía y modelo de formación de muchos compañeros, aportando siempre ese grado de tranquilidad y sensatez, no exento de crítica y humor, ante cualquier situación que se planteara, por dificil o urgente que esta fuera.

Miguel era un hombre cercano, era un hombre alegre, inteligente, divertido y sobre todo especialmente generoso. Siempre estuvo dispuesto a colaborar con los demás, formando a muchos compañeros, participando en la Junta del Colegio , o siendo desde hace muchos años, profesor de la Escuela de Práctica Jurídica de nuestro colegio.

Así se ganó Miguel el merecido reconocimiento de sus compañeros, quienes acudiamos con frecuencia a el para solventar nuestras dudas, y que es precisamente el que hoy a través de estas líneas quiero proclamar.

Sé que los últimos meses desde que le diagnosticaron su fatal enfermedad, a pesar de ser perfectamente conciente de la dificultad de superarla, estuvo más pendiente de los suyos que de sí mismo, lo que nos da una idea de la grandeza de su personalidad.

Ellos, su familia, pueden estar tranquilos , ya que seguro que obtendrán de todos la misma colaboración y generosidad que él nos prestó. Pueden sentirse orgullosos de su intensa trayectoria y estoy convencido de que su recuerdo les servirá de referente en su vida. Allá donde te encuentres Miguel, siempre te recordaremos como lo que has sido, un magnífico Abogado y una gran persona.

Decano del Ilustre Colegio Abogados de Cantabria