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Para Enrique López Fernández

Santander, 3 de septiembre de 2011

Para Enrique López Fernández

Querido amigo Quique:

Hoy estamos en el campo de fútbol y nunca nos hemos sentido tan unidos como en este partido. Seguro que ahora tienes una sonrisa, medio jocosa, medio irónica, y estás viéndonos desde alguna esquina del campo.

En cada asiento vacío nos imaginamos que estás tú, a nuestro lado, como siempre, tan previsor y organizado; si hace frío sacas del coche las almohadillas azules desplegables o una manta, o. tu gorra. ¡Qué guapo estabas con tu gorra!

Alguien ha tirado una bolsa de almendras al suelo. No, no, no, no,ya sabemos que tú no has sido; lo de comer almendras sí, te venían bien a media mañana y aunque las traías para tí, para no debilitarte, también las repartías con nosotros. y encima te las comíamos.

Respira Quique, respira hondo. Ahora puedes hacerlo sin miedo, ya no te duele nada, estás feliz y medio sonriendo, ya no estás sufriendo.

¡Mira a tu hijo Diego! ¡Cómo está corriendo! Luego ya le secaremos el sudor con una toalla, como tú lo hacías. No te preocupes, ahora lo haremos nosotros, estaremos pendientes de él, aunque no lo hagamos mejor que Espe, que ahora tendrá que venir más al campo, acompañado de Pablo, para corregirle y darle consejos en defensa.

Ha terminado el partido. ¿Hemos perdido o hemos ganado? ¡Qué más da! Ahora lo más importante es que escuches los aplausos de los niños con sus brazos en alto junto a los entrenadores, los padres, tus amigos...

¡ TE ESTAMOS APLAUDIENDO !

Quique,un fuerte abrazo y hasta luego...