Un año ya sin ti, papá. Serafín Puente Liaño
Santander, 19 de julio de 2009
Ya estamos en julio. ¡Cómo pasa el tiempo! El día 22 hará un año que Fino ya no está entre nosotros. ¡Cómo se le echa de menos! A Fino se le echa de menos para bien o para mal. Era una persona que no pasaba desapercibida, pero al mismo tiempo creo que era un gran desconocido. Por eso, en este aniversario quisiera resaltar sus rasgos más característicos, para que sepáis algo de él y nos ayude a recordarle mejor.
Era tremendamente generoso, siempre, hasta en los mínimos detalles, su mano siempre estaba abierta. Y esta es su gran personalidad.
Fino era especialmente sensible con la gente mayor y los pobres. ¡Cómo se entendía con los primeros y como ayudaba a los segundos!
Era también muy amigo de sus amigos, para él, era un referente importante en su vida, ¡demasiado diría yo! En ellos confiaba, por ellos se sacrificaba y siempre los atendía.
Y ¿cómo no hablar de la ilusión y entrega que dedicó a su trabajo? No siempre le salió bien, pero no sería porque el no luchara, no se entregara y no dedicara horas y horas. El trabajo llegó a ser tan importante para Fino, que su vida giraba entorno a él: si en el trabajo iban bien las cosas, el estaba bien; sino... todo se venía abajo.
Pero, en esto, en lo que para él era su vida, también fue probado y tuvo sus grandes disgustos, que supo llevar con gran entereza, y gran esfuerzo.
Porque Fino, ante todo, era un señor maravilloso, un maravilloso marido y un excelente padre. Te queremos siempre.
Papá, siempre con nosotros, tu mujer e hijos.